
MOSAICO DE TEODORA
San Vital de Rávena, VI - Mosaico
La Iglesia de San Vital, en la ciudad italiana de Rávena. Comenzada a construir en época ostrogoda, es encargada por el obispo Eclesio (522-532) y financiada por un banquero local (argentarius) llamado Juliano, quien gastó en ella la suma de veintiséis mil solidi. A la muerte de Eclesio la construcción continúa con el obispo Víctor (538-545). Los mosaicos del presbiterio y del ábside se comenzaron en 546 bajo el obispo Maximiano quien consagra la iglesia en 547, ya en el período de dominación bizantina. El arquitecto pudo ser occidental, pero conocedor de la arquitectura que se estaba creando en la corte de Constantinopla.
A primeros del siglo X se instala al lado de la basílica un convento de monjes benedictinos. Debido a las nuevas necesidades, el atrio existente fue transformado en claustro realizándose un nuevo acceso al noreste para los laicos. En el siglo XIII se añade un campanile sobre la base de la torreta meridional de acceso al gineceo; de esa época data la transformación de la cobertura lígnea de las arcadas en bóvedas de crucería. En el XVI se eleva el pavimento en 80 cm. por problemas de infiltraciones acuíferas renovándose el presbiterio eliminando el ciborio tardoantiguo y la decoración en opus sectile e insertando un coro de madera. Por la mismas fechas se reconstruye el claustro bajo el proyecto de Andrea della Valle (1562) y se realiza el acceso por el portal sur. En 1688 un terremoto destruye el campanile y se reemplaza por el actual en 1696-98.
A partir de mediados del siglo XIX y hasta la primera década del XX, se realizan obras para recuperar el edificio en su forma original eliminándose las estructuras internas añadidas y devolviendo el suelo a su nivel, solucionando el problema de las filtraciones mediante un sistema de drenaje.
En cuanto a la decoración, los mosaicos se hallan situados en la bóveda del ábside y, dentro del presbiterio, en sus muros laterales, sus tímpanos superiores con las enjutas, su bóveda y el intradós del arco de acceso.
Esta obra de mosaico fue realizada probablemente por artistas de formación oriental y occidental. Se ha visto un primer estilo de tendencia impresionista y expresión muy libre en los mosaicos que revisten el presbiterio dentro de la tendencia estilística y técnica romana y otro más abstracto que se plasma en el ábside. Las composiciones aquí están en relación con las concepciones orientales; las figuras muy frontales, no tienen volumen, igual que el espacio está al margen de la tridimensionalidad. Sin embargo, el empleo de materiales preciosos como oro o nácar en la composición nos habla de un nuevo concepto de la obra, considerada como un objeto de valor por sí mismo. En síntesis, en San Vital encontramos una vitalidad y creatividad extraordinarios que hacen revivir temas clásicos a la vez que crean otros nuevos, revitalizando así la época teodoriciana.
Lo que vemos en esta obra es un oblatio, o lo que es lo mismo, una ofrenda, y en la que el emperador se presenta como máximo pontífice. Por eso lo vemos portando corona y halo de santidad, además de llevar en sus manos una bandeja de oro. Por eso le vemos acompañado del arzobispo Maximiliano, cortesanos y guardias. Todo lo que se muestra de los personajes es alargado, las túnicas ayudan al efecto. Y no se aprecia perspectiva, todo sucede bajo un fondo dorado, otorgando a la escena la planitud de lo sacro. Van a realizar una misa, de ahí que muestren al espectador una patena, una cruz, evangelios e incienso.